28/04/2017, 13.09
ISLAM - VATICANO - EGIPTO
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Un musulmán le escribe al Papa: Estimado Papa Francisco...

de Kamel Abderrahmani

La admiración por la caridad que el Papa muestra hacia los refugiados musulmanes sirios, por su empuje al amor y a la denuncia de odio. "Nuestros ulemas no son así" y no denuncian el odio de Daesh y no hacen nada por los cristianos. La solicitud para que, en el viaje a Egipto, impulse al presidente al-Sisi y Al-Azhar a una reforma del Islam. Sin esto, Al Azhar se arriesga a ser la academia del fundamentalismo mundial. De nuestro amigo y colaborador Kamel Abderrahmani.

París (AsiaNews) – Un agradecimiento por el valor de ir a Egipto, a pesar de los ataques terroristas y por la tarea de paz que el Papa desempeña en el mundo. Son los primeros sentimientos expresados ​​en la carta que presentamos, escrita al Papa Francisco en la víspera de su viaje a Egipto. El autor es Abderrahmani Kamel, un joven musulmán argelino, conocido por nuestros lectores. La carta expresa "admiración" por el gesto del Papa de recibir a los refugiados musulmanes de Siria y se pregunta por qué los imanes islámicos no tienen ningún gesto hacia los cristianos. El joven también expresa una petición para impulsar a Al-Azhar y las instituciones musulmanas a modernizarse: sobre todo condena la violencia y la reforma de la enseñanza sunita, que conduce a la violencia; luego, a compartir la vida con los cristianos y miembros de otras religiones para hacer posible una coexistencia mundial en paz.

 

Estimado Papa Francisco,

Antes de comenzar esta carta, me presento. Mi nombre es Kamel Abderrahmani, y  soy un joven musulmán de Argelia, estudiante en una universidad francesa , y hace unos dos años que estoy  enormemente interesado en los problemas de candente actualidad que sacuden las vidas de los hombres. Trato con mis modestos aportes, que publico en el sitio web AsiaNews.it, de contribuir a la paz y al acercamiento religioso entre cristianos y musulmanes, tanto en Occidente como en Oriente.

A pesar de las dificultades, la falta de medios y mi penosa situación personal y financiera, no dejo de creer en un mundo mejor, donde sólo podamos vivir en armonía, en paz y en plena comunión.

A principios de este mes, fui invitado a Roma por mi amigo, el padre Bernardo Cervellera, y es gracias a él que supe de Su intención de hacer una visita a Egipto a fines de abril, no sólo para cumplir con los fieles cristianos coptos, sino también con los altos directivos musulmanes de la institución de Al Azhar.

Es una buena noticia, dadas las condiciones perturbadoras en las que viven hoy coptos, aquellos coptos que continúan resistiendo no sólo los ataques cometidos por los locos de Ala, sino también a la negación de sus derechos (tales como la prohibición de construir iglesias) de parte del gobierno egipcio. También existe el problema de la coexistencia, puesta a duda prueba por el activismo islamista.

Todo el mundo sabe que los coptos y musulmanes han coexistido juntos: una convivencia pacífica y duradera durante siglos, antes de la llegada del islam devastador que ha terminado siendo una seria amenaza para el vivir juntos. Esta situación es sólo un ejemplo de la forma en que viven todos los cristianos de Oriente. Todos hemos visto las ejecuciones de los Yazidíes en Siria e Irak, torturados, conducidos al exilio, al menos aquellos que han podido hacerlo.

Es un crimen, un desastre cometido ante los ojos del mundo, una cosa que Usted ha denunciado y condenado, a diferencia de mis correligionarios que no han hecho nada. Ni siquiera han movido un dedo para denunciar este crimen contra la humanidad y contra Dios. Y lo que es más grave, incluso Al Azhar, la institución oficial que representa el islam, no se atreve a tomar una posición clara al respecto. Sin embargo, esta institución se encuentra en una buena posición para denunciar a Daesh o incluso excomulgarla; ¡pero en lugar de eso, sigue considerando a estos bárbaros como musulmanes! Pero ¿la barbarie puede tener una religión? ¿Se puede convivir con el terrorismo? Soy musulmán, pero esta institución, a mis ojos, y a los de millones de musulmanes, ha perdido toda credibilidad.

De lo que estoy seguro, querido Papa, es que el odio no es innato; que se inculca y que es enseñado por nuestros teólogos, y aquí se resume todo el problema. La mayoría de las instituciones musulmanas, de hecho, siguen considerando a los cristianos y a los judíos como infieles, y esto parece ser una carta blanca para que "soldados de Alá" persigan a los cristianos y a todo aquel que no piense como ellos. Extrapolando, me impresionó una oración que el año pasado se hizo en La Meca durante el Ramadán, en la cual el imán oró por Daesh y contra los "infieles" judíos y cristianos. ¡Todo ello es alucinante!

Mientras Usted acoge a familias musulmanas sirias en el Vaticano, querido Papa, el Estado islámico los extermina en el nombre del islam, sin que ninguna institución oficial haya nunca formulado ninguna condena al respecto. Me doy cuenta de que cada vez que Usted interviene para apagar el fuego en el Oriente Medio, nuestros ulemas [doctores coránicos] "intervienen para echar gasolina al fuego. Vivimos en una anarquía teológica que no confiesa su nombre, y que se traduce en el rechazo sistemático de todo aquel que piensa diferente. El islam, querido Papa, necesita ser limpiado de la jurisprudencia; está de tal modo enfermo y dividido que hoy necesitamos una institución como la suya. Sí, una institución que lo actualice, lo modernice y lo arranque de las manos de los ignorantes y de los bárbaros.

Me dirijo a Usted, querido Papa Francisco, no para quejarme o para criticar gratuitamente las instituciones musulmanas. Lo hago para transmitirle mi infelicidad y el enojo que siento por aquellos que representan al islam oficial y que hacen malabares con el doble discurso. Creo en ti, sin dejar de ser un musulmán, pero ¡yo no creo en ellos! Soy un amante de la paz y sueño con un mundo ideal en el cual las religiones no sean sino caminos hacia una coexistencia pacífica y hacia la sabiduría universal, al contrario de nuestros ulemas.

Recuerdo que una vez Usted dijo: "La vida se logra y madura en la medida en que ésta es entregada para dar vida a los demás. Esta es la misión". De hecho, Usted ha hecho de esta misión el núcleo de su compromiso, sin tenerle miedo a nadie. La prueba es que los ataques que se han producido recientemente en Egipto no le han causado miedo y se ha mantenido fiel a su viaje que, sin duda, será un mensaje de amor y paz entre todos los elementos de la sociedad egipcia y el Oriente Medio, el corazón de las religiones monoteístas.

En este corto viaje que se está realizando con la bendición del Señor, como musulmán que soy, espero que el mismo sea portador de la paz y la tolerancia, y sobre todo el portador de un mensaje claro al presidente al-Sisi, que debe hacer todo por la libertad de culto, de expresión y para la autorización para la construcción de nuevos lugares de culto cristianos.

En cuanto a Al-Azhar, esperamos que usted pueda convencerlos de la necesidad de reformar la ley islámica, los programas de enseñanza para los estudiantes de la institución y, especialmente, para la modernización y actualización del discurso religioso, dado que lo que hoy se proclama no hace más que preparar el terreno para el terrorismo islamista. En otras palabras, Al-Azhar debe dejar de ser la Academia del fundamentalismo en el mundo. Esto implica ejecer una fuerte presión sobre al-Sisi y Al-Azhar.

Estimado Papa Francisco, como musulmán, admiro su valor y su habilidad. Por otra parte, ¿cómo podría ser indiferente cuando el domingo de Pascua, ante más de 60.000 fieles en la plaza de San Pedro, en ocasión de la bendición Urbi et Orbi, pidió la ayuda de Dios para poner fin a los conflictos y guerras en el mundo; para acabar con el contrabando de armas y los sufrimientos soportados por los más débiles. "Que Él conceda la paz a todo el Oriente Medio, a Tierra Santa, así como a Irak y Yemen", sin olvidar la queja, una vez más, del drama sirio, donde la población civil es "víctima de una guerra que sigue sembrando el horror y la muerte". Una vez más se distingue de nuestros "ulemas" para denunciar el ataque cobarde contra los refugiados que huyen, que tuvo lugar el día anterior en la región de Alepo, Siria, con el tremendo saldo de 110 muertos.

El 14 de este mes, en el Coliseo, mostró una actitud muy crítica con respecto a todos los delitos que se hacen prácticamente de en cualquier parte del mundo. "Vergüenza por todas esas imágenes de la devastación, destrucción, naufragios, que se han convertido en rutina en nuestras vidas; vergüenza por la sangre inocente derramada diariamente por mujeres, niños, inmigrantes y personas perseguidas a causa del color de su piel, o por el grupo étnico o social al que pertenecen y por su fe en Ti", dijo el Viernes Santo.

Admiro Su postura, que es justa, humana, sabia. Ella inspira amor hacia las personas, hacia los cristianos de todo el mundo y hacia la noble institución que Usted representa, el Vaticano.

Estimado Papa Francisco, me dirijo a Usted en un lenguaje sencillo y con un corazón sincero, lleno de fe y esperanza en Usted y en su deseo de propagar la paz en este mundo. Su carisma, su sabiduría, su elevada espiritualidad y sinceridad me hacen esperar por un mundo mejor, un mundo más fraterno.

¡Lo saludo, y Dios lo bendiga, lo acompaño y lo ayudo en todo lo que emprenda por el bien de la humanidad!

 

Kamel Abderrahmani

París, 20 de Abril, 2017

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